UN CUARTO CON LUNA
En que debemos emplear la
imaginación cuando todo vuela al son de la ruleta
aún en nosotros, existe el
don de disponer, de su aíre en nuestras veletas
Entre
los mares de la realidad, navegamos a merced de la rosa de los vientos,
ésa, que le sopla a
nuestras velas,
la que nos da, y quita el
aliento
con sus aíres de libertad
Aliviando las condenas,
soplándole al infierno,
tan solo, para que veas,
que lo que deseas,
tan solo es vivir,
en otra soledad.
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